“Quien no ha afrontado la adversidad no conoce su propia fuerza”

Tú eres el arquitecto de tu propia casa, tú la construyes ya que tú casa eres tú y si es fuerte y sólida sabrás sobrellevar las adversidades que acontecen ahí fuera, pero si tu casa no es sólida pase lo que pase ahí fuera te devastará, incluso si no enfermas ni contraes el virus el miedo te consumirá como lo está haciendo con millones de personas ahora. Sientes miedo porque tu mente se dispara hacia el futuro, proyectas algún pensamiento hacia el futuro y no estás presente porque si lo estuvieras, en este mismo presente no hay nada por lo que tener miedo. El miedo surge cuando te desconectas del momento presente, por eso es tan importante que tus cimientos sean sólidos. Date cuenta de que estás respirando, toma conciencia de ti mismo, de tu presencia de ti mismo. Siempre estás presente y cuando tomas conciencia de ello es cuando puedes conectar profundamente contigo. La adversidad es una gran oportunidad porque te empuja a profundizar, te lleva a quien realmente eres porque la vida se vuelve insoportable ahí fuera, hay demasiada información ahí fuera que alimenta el miedo y si tus cimientos no son fuertes esto te va a devastar en forma de ansiedad y sufrimiento. Tienes que buscar esos cimientos dentro de ti que te liberen de ese miedo. Cuando todo va bien es poco probable que nos molestemos en ir más allá, estas en tu zona de confort nadie avanza desde ese lugar. Disfruta de los momentos en los que estás ahí y en los que todo parece ir bien. En los momentos de adversidad la situación nos obliga a profundizar. Lo más importante en cualquier situación es el estado de conciencia con el que la confrontas, si vives en el miedo seguramente deberás tomar conciencia del nivel de atención que le pones a las noticias y como eso incrementa más tu ansiedad y tu miedo. No estoy diciendo que no estés informado pero no te sobre informes si eso genera en ti emociones que no te ayudan a sobrellevar la situación.

La adversidad es una oportunidad para ir a un nivel más profundo de ti, a un nivel más avanzado de conciencia, la adversidad siempre te obliga a ir hacia adentro, nos da la oportunidad de mejorarnos, de reinventarnos, de ser más resilientes. Dejas de proyectarte hacia afuera, comienzas a mirar hacia dentro, a observar cómo funciona tu mente y de esa manera poder cambiarla a través del pensamiento.

“La Resiliencia es la capacidad de hacer frente a las Adversidades de la vida, transformar el dolor en fuerza motora para superarse y salir fortalecido de ellas. Una persona resiliente comprende que es el Arquitecto de su propia Alegría y su propio Destino”

Seguramente muchas de las que estáis leyendo esto ya estáis en ese proceso y lo que está pasando ahora es una oportunidad para avanzar más rápido. Las crisis siempre son grandes oportunidades para hacer cambios importantes. Podemos vivir este momento desde el victimismo o desde la maestría. ¿Qué cambios nos está exigiendo la situación actual? ¿Qué debemos aprender de todo ello? Vivimos de una manera demasiado egoísta pensando que lo que hacemos no va a repercutir en nosotros y la naturaleza nos está dando un aviso de que tenemos que cambiar.  La situación nos está aislando, no se puede seguir viviendo como lo veníamos haciendo hasta ahora. El cambio de fuera empieza con nuestro cambio interno. ¿Cómo nos estamos tratando a nosotros? ¿Cómo estamos tratando a los demás? ¿Hasta qué punto estás dejando de hacer aquello que realmente deseas por las expectativas de otros? hagas lo que hagas hazlo con conciencia y coherencia ¿Hasta qué punto te justificas para no cambiar y seguir igual?

Dejemos de sentir miedo ante esta situación, nuestros miedos nos hunden. La vida nos está mandando siempre información antes de que la experiencia suceda, aquella experiencia que tengamos que vivir. Hay que vivir en plena conciencia. Vamos a escuchar de verdad qué nos quiere decir esta situación desde el lugar en el que cada uno se encuentre en estos momentos.

“Si aumentas la conciencia los cambios en tu vida vendrán solos”

JON KABAT-ZINN

Si tomásemos conciencia de la capacidad que nuestros pensamientos y emociones tienen en nuestra vida, veríamos los efectos que ellos tienen en nuestras experiencias. Así que vivamos esta situación con una actitud proactiva, con responsabilidad y aceptación ocupándonos y no preocupándonos. Intentando hacernos la vida tanto a nosotros como a los demás más fácil. Colaborando en lo que podamos y sabiendo que esto también pasará.