Con la única persona con la que tienes que ESTAR BIEN toda la vida es contigo mismo
Cuando eres capaz de sobrellevar esa tremenda soledad surge una gran fuerza dentro de ti mismo que prácticamente te vuelve invencible a las circunstancias externas.
La exclusión social es uno de los mayores miedos que el ser humano tiene, es muy biológico, lo tenemos en nuestro ADN. La falta de vínculos sociales SÓLIDOS duplica el riesgo de muerte por cualquier causa. Las personas que están solas tienen altos niveles de hormonas de estrés e inflamación, con todos los problemas de salud que ello conlleva. Hay que tener relaciones de calidad, no muchas, pero sí relaciones sanas. Por lo tanto, la soledad para muchos es realmente una amenaza, puede resultar abrumador y generar sentimientos de angustia. Pero la realidad es que es imposible estar solos, pero sí es posible sentirse solo.
Es importante levantarte cada mañana con un propósito, con una intención, con una ilusión por algo. En la medida en que tenga miedo a sentirme o quedarme sola es cuando voy a crear o buscar a nivel inconsciente las relaciones dependientes. Creemos que necesitamos al otro para estar bien, lo que nos lleva a proyectar en el otro la responsabilidad de que nos tiene que cuidar y que nos tiene que hacer felices, y cuando cargamos al otro con esta responsabilidad es cuando surge la dependencia. El objetivo de saber estar solos es conectar verdaderamente con los demás, crear vínculos con sentido.
Nadie puede estar bien con nadie si no está bien consigo mismo
La soledad patológica se da cuando uno no sabe estar solo, y cuando uno no sabe estar solo culpa al otro por ello. Las personas que se llenan de ruido y que sienten que tienen que estar constantemente haciendo cosas para mantener su mente “ocupada” son las que más temen quedarse solas. Estamos muy alejados de nosotros mismos.
Proyectas en el otro tu necesidad de no saber estar contigo mismo y esperas que el otro haga cosas para que tú no te sientas sola o solo. Cuando uno no sabe estar solo siempre sentimos que los demás nos decepcionan. Las personas que se sienten solas no saben escucharse, no se conectan con sus emociones. Nadie puede llenar el vacío que tú sientes, lo único que haces es proyectar en el otro todas tus necesidades.
Cuando uno aprende a estar solo aparecen sentimientos de placer y positivos por el hecho de estar solo, por ejemplo te ayuda a conectarte contigo mismo, te ayuda a encontrar respuestas sin engañarte escuchando tu voz interior. La soledad es necesaria para poder encontrarte, para poder despertar. Es necesario ese aislamiento emocional, no podemos escuchar nuestro interior rodeados de ruido. En la serenidad, en la quietud mental, se hayan las respuestas.
Al estar contigo mismo potencias tu nivel de conciencia. En soledad se toman grandes decisiones. Cuando te sientas solo pregúntate qué no estas escuchando de ti mismo, qué parte de ti estás intentando ignorar o de qué estás huyendo, a qué tienes miedo de enfrentarte. Tienes que poner distancia para ver como actúa tu autoprogramación si quieres llegar a conocerte realmente y encontrar respuestas, y, para que ello suceda, tienes que cultivar y amar los momentos de soledad.